15 de julio de 2011

Un clavo saca otro clavo

Nunca entendí esa expresión. Tal vez algún carpintero o ingeniero me la podría explicar. De todas formas me pregunto: ¿ese “otro clavo” debe ser bien grande para tapar todo el agujero que dejo el anterior? o bien chiquito para fundirse en nuestra pared y ya no salir de ahí?
Hay gente que decide dejar el agujero, mostrarle al mundo y recordarse a ellos mismos que una vez hubo algo ahí que ya no está.
Hay quienes siguen poniendo, cual movimiento autista, ese mismo clavo oxidado en esa pared rajada; que lo sigue expulsando al piso cada vez con mayor fuerza.
Tal vez lo más sano sea enduir, lijar, pintar, tener una pared más reparada donde volver a clavar.
Comprar buenos tornillos en la ferretería amiga. Tener una mínima noción de que pared esta hueca, o por donde no pinchar algún caños. Y tratar de tener esta vez una mejor puntería.
Yo de momento no puedo machacar -entre otras herramientas- perdí mí martillo… para variar…

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